viernes, junio 19, 2009

 

EL DIARIO SOBRE SAN JOSE

20 de junio
A san José se le infundían todos los días
nuevos descubrimientos del infinito amor a Dios,
por esto lo amaba más cada día con amor de complacencia
porque lo contemplaba infinitamente perfecto,
y se veía lleno de nuevas bendiciones en cada instante.
Por esto reza tú con afecto elevado,
y acompañado de temor y amor filial.

jueves, junio 18, 2009

 

CONOZCAMOS AL P. VILASECA

El P. Vilaseca desarrolla un intenso apostolado por medio de la prensa.

En julio de 1871
empezó a publicar una revista josefina, El Propagador de la devoción a señor san José y a la Sagrada Familia, para dar a conocer a san José y, con esto, aumentar la devoción y culto a un santo de quien era muy devoto.
Aprovechando sus páginas o como folletos aparte publicó:
Devocionales:
Marzo de 1872. Pequeño Mes de Marzo. Mayo de 1872. Pequeño Mes de Mayo. Mayo de 1873. Corona de María = Nuevo ramillete de flores dedicado a la Virgen Santísima o Mes de Mayo. Junio de 1873. Incentivos de amor al Sagrado Corazón de Jesús, Mes del Sagrado Corazón de Jesús.
Libros de instrucción religiosa:
Marzo de 1870. Confesión o Condenación. 15 de agosto de 1870. La Vida de la Inmaculada y divina María, augusta Madre de Dios. 15 de diciembre de 1870. La educación de la juventud por medio del cuarto mandamiento de la Ley santa del Señor. 19 de marzo de 1872. ¿Quién es José, el dignísimo esposo de María y el padre putativo de Jesús? dedicado a exponer algunas de las gracias, excelencias, privilegios y dones del santísimo Patriarca san José.
Libros de controversia:
15 de enero de 1870.
Quién es María la madre de Dios O sea refutación de la undécima noche de los romanistas, –y que después llamará primera parte de Quién es María –.
30 de junio de 1870. El protestantismo y la franc-masonería.
15 de abril a 15 de junio de 1871.
Escribe siete folletos que llama Siete solemnes mentís dado a los protestantes.
25 de junio de 1871.
Un tercer libro sobre la Virgen María, para defender su virginidad: Quién es María la Madre de Dios. O sea, la perpetua virginidad de la Inmaculada y Divina María.
8 de septiembre de 1872.
Cuarto sobre la Virgen María, para defender y exaltar su Virginidad.
Es un folleto que titula María Siempre Virgen. Para refutar los errores de los protestantes, de los libre-pensadores y de los masones, y prevenir a los católicos contra ellos.

 

EL DIARIO SOBRE SAN JOSE

17 de junio.
Hazme, glorioso y amantísimo José, que comprenda de una vez, que ni la fe, ni la esperanza, ni todo el cortejo de las virtudes religiosas y morales aprovechan para el cielo, si no están informadas por la caridad; por esto así como es grande en el cielo el que tiene grande caridad, es pequeño al que la tiene pequeña; así quien no la tiene nada es.
18 de junio.
San José fue el varón privilegiado que amó a Jesús y a María, con todo su corazón, con toda su alma, entendimiento y voluntad; por esto volaba de continuo y sin cesar por el camino de la más elevada perfección, ya que en la caridad está la plenitud de la ley. Para que algo logres de esta caridad, reza tus oraciones despacio, clara y atentamente en el exterior, y reza con devoción y reverencia.
19 de junio.
San José amó a Dios sobre todo amor; ya que el mejor modo de amar a Dios es amarlo sin modo, amarlo sin medida; porque de hecho lo amaba siempre según la medida de la gracia que había recibido; y se le veía amar a Dios con todo su corazón y con toda su alma; por esto Jesús y María lo vieron siempre siendo su amante perfectísimo, y tan conforme con el caudal de gracia recibida, que no se separó ni en un ápice siquiera.

martes, junio 16, 2009

 

CONOZCAMOS AL P. VILASECA


Traslado de Monterrey a la ciudad de México.
Publica un primer libro sobre la Virgen María.

Esta estancia en la ciudad de México va a ser definitiva. El escenario en donde va a desarrollar un celo especial en defensa de la Iglesia y la salvación de las almas, salvo el año y tres meses que estuvo expulsado de la República mexicana como extranjero pernicioso. Tiene 38 años de edad y está en la plenitud de su vida.

Así dejó escrito el P.Vilaseca en el libro de cuentas de la Biblioteca Religiosa, comenzada en julio de 1870.

Libro de Cuentas, de la Biblioteca Religiosa.
“En mayo de 1869 llegué a México, procedente de Monterrey, y luego hice las debidas diligencias para la impresión de algunas obritas; mas considerando lo mucho que habían de costar, y que por lo que me habían costado las otras obras impresas ya habría podido comprar una pequeña imprenta y tener las impresiones por la mitad del costo; siendo en gran manera animado por el S. D. Miguel Torner, después de pesadas todas las razones, determiné, con licencia y aprobación del señor Masnou, Visitador, comprar la imprenta y ponerla bajo la dirección del señor Torner, según las bases que constan en la escritura tirada en julio de 1870.
Determinamos de común acuerdo que íbamos a dar principio a una Biblioteca Religiosa mediante la publicación de una serie de obras tan piadosas como instructivas y en gran manera útiles; y de común acuerdo, llenos de confianza y bajo la protección de N. S. de Guadalupe dimos principio con la obra: Quién es María la Madre de Dios.”

Desde su regreso de Monterrey (1869) hasta que fue expulsado de México, (1873) el p. Vilaseca se desempeñó como director de las Hijas de María y capellán del Hospital san Andrés donde conoció a Cesárea Esparza y en agosto de 1872 trató con ella sobre la fundación de las Hijas de María del señor san José.

En una plática a las Hermanas Josefinas, el 4 de febrero de 1894 el P. Vilaseca recordaba:

“Estuve yo de capellán en el hospital de san Andrés muy cerca de dos años y aquellas Hermanas que había, tanto en la sala de mujeres, como en la de hombres, estaban llenas de caridad. Tanto, tanto era su celo por la salvación de las almas, que los cien enfermos, o quizá doscientos que entraban cada mes, ni uno solo se quedaba sin confesar. Así, cada tarde, cuando yo llegaba, ya me tenían la lista y me decían el número fijo, 24, 28, 34 ya están dispuestos para confesarse y algunas veces se administraban y se les daba la extrema unción”.

También era miembro del equipo misionero de su congregación. Durante estas misiones escribió nuevos libros como “Confesión o condenación” y “El protestantismo y la franc-masonería”; fue Consejero provincial y Sub-asistente de la casa de México, D. F. y desplegó un celo incontenible.

Sin descuidar los ministerios y trabajos que la obediencia le encomendaba, con la confianza puesta en la divina providencia y en san José, por iniciativa propia, pero con el consentimiento de sus Superiores, empezó a trabajar hasta donde sus fuerzas se lo permitían. En 1870 estableció una Biblioteca Religiosa; en julio de 1871 empezó a publicar una revista católica: El Propagador de la devoción de san José y a la Sagrada Familia; en julio de 1872 inició la publicación de un boletín vocacional: El Sacerdocio Católico; en julio de 1872 inició y promovió la organización de una asociación de devotos josefinos: La Asociación universal del señor san José; el 19 de septiembre de 1872 fundó un Seminario para dar sacerdotes a México: El Colegio Clerical; con la fundación del Colegio Clerical dio principio a la fundación de un Instituto Josefino que se formaría de dos ramas: la masculina con la Congregación de Misioneros de san José o Misioneros Josefinos, y la femenina con la Congregación de las Hijas de María del señor san José o Hermanas Josefinas. Cf. Valverde Téllez Emeterio, Bibliografía filosófica mexicana, I, León 1913, 298


 

EL DIARIO SOBRE SAN JOSE

13 de junio:
Oh señor san José, por tu esperanza santísima ilumina, enfervoriza y despierta nuestras almas dormidas con el gusto de los charquillos turbios y hediondos de las criaturas.
¡Señor san José, danos a gustar la felicidad que está guardada para los que esperan en ti, a pesar de las mayores dificultades.
¡Para conservarme amaré mucho a mis rezos, a mis oraciones, a mis devociones particulares, y en especial las de las Constituciones que me obligan.
14 de junio:
Esperaré a ejemplo de san José, y por su intercesión socorro en mis penas, trabajos y aflicciones del espíritu; trabajaré con toda mi confianza para convencerme que se alcanza de Dios cuanto se espera de él, amando a este fin mucho a la capilla y a todo objeto de devoción y piedad.
15 de junio:
Contempla a san José en el taller de Nazaret, sudando y trabajando por amor a Jesús y María. Dame santo mío la perfecta caridad que es la reina y madre de todas las virtudes, y la que les da vida y mérito para la eternidad; y dame amor al estudio, al trabajo, y al rezo del oficio divino que debe ante todo ocupar el primer lugar.
16 de junio:
Fue san José el que en este mundo más amó a Dios; por esto fue de Dios el más amado en la tierra, y ahora es el más glorificado en el cielo, porque el premio se da a la caridad: y quien tenga grande caridad, grande es: y porque el santo José fue el de mayor caridad, por esto es ahora el más honrado, y está sentado a la izquierda de Jesús.

viernes, junio 12, 2009

 

CONOZCAMOS AL P. VILASECA, GRAN DEVOTO DE SAN JOSÉ


Además de sus trabajos como misionero y sacerdote, escribió numerosos libros de instrucción religiosa.

- En agosto de 1863 envió al Superior general un Tratado de la oración mental de un Misionero; más adelante le remitió unas Meditaciones para los ejercicios anuales.

- En febrero de 1864 le envió un Tratado sobre la dignidad y santidad de un Misionero y en marzo del mismo año otro: Tratado sobre la observancia de las reglas.
- En 1865:
tiene listos para enviar al Superior otros tratados: Sobre la conformidad con la voluntad de Dios, Sobre el espíritu primitivo de la Congregación y Sobre la sencillez.
- Este año (1865) publica la explicación del Padre Nuestro.
- En 1866
publica dos opúsculos titulados: El Ave María y La Salve y la Explicación del Credo. Comenza a preparar otro libro que llamó El fin del hombre y de la mujer.
- En 1867 pide autorización para publicar: “Vida de la Inmaculada y divina María augusta Madre de Dios” y la “La Verdadera satisfacción, o sea Necesidad de la Penitencia”

- En 1868 “¿Quién es María la Madre de Dios?” que esperaba el tiempo oportuno para mandarlo a la imprenta.

Un autor anónimo en 1862 escribió las semblanzas de los misioneros paulinos de la Provincia de México en ese año.

Así se expresaba de José María Vilaseca:

“Pbro. D. José Vilaseca nació en Igualada, complexión y salud buena, aunque ha padecido bastante de ardor en la sangre; carácter juicioso y afable, talento bueno y buena instrucción en los ramos de la teología; muy aplicado al estudio y escritura de sus funciones para el púlpito. Vocación muy sólida con la práctica edificante de todas las virtudes de nuestro estado. Muy celoso para el confesionario y púlpito, para cuyos ministerios ha recibido de Dios una unción y atractivo singular y provechoso a los fieles. Su grande deseo de perfección a las almas ha hecho temer que exija demasiado, principalmente de los jóvenes, pero ha procurado vencerse aun en esto y acomodarse a las advertencias que se le han hecho. Ha trabajado con mucha asiduidad y empeño en el púlpito y confesionario, con muchísima aceptación de los fieles y con la recomendación que a pesar de las continuadas ocasiones que se le han ofrecido ha sabido no enredarse ni contraer relación alguna con los externos. Ha estado en las casas de México, Puebla, Monterrey y Saltillo con varios cargos particulares que ha desempeñado muy bien; y en las misiones de Texcoco, Atlixco, san Juan del Río, Polotitlán, Aculco, Huichapan, Tecozautla, san Nicolás de las Garzas, haciendo diversas funciones y también sermones de misión aunque para esto no le ayuda mucho su voz.”

 

El diario sobre San José

12 de junio

Piensa que la esperanza es la única virtud que en determinadas circunstancias queda sola en el corazón humano y así le sucedió a san José en reiteradas ocasiones. ¡Bendito santo! ¡Bendita recompensa!


Alcánzanos santo glorioso que sepamos imitarte en la práctica de tan necesaria y consoladora virtud, y así no seremos confundidos.

miércoles, junio 10, 2009

 

CONOZCAMOS AL PADRE VILASECA FUNDADOR DE LA FAMILIA JOSEFINA




Los primeros diez años de sacerdote de José María Vilaseca.

“Durante los primeros años de nuestro sacerdocio que pasamos casi por completo en el ejercicio de las santas misiones, y en las tandas de los ejercicios espirituales que dábamos a distintas clases de personas, pudimos observar que una gran parte del fruto de nuestro ministerio apostólico, frecuentemente se perdía, o por lo menos no se conservaba como era de esperarse.”

“Ocupados los primeros diez años de nuestro ministerio sacerdotal, en el ejercicio de las Santas Misiones en su mayor parte y en diversos puntos de la Iglesia mexicana, pudimos en distintas ocasiones, vistas las circunstancias por las que atravesábamos, concebir los más vehementes deseos de hacer de nuestra parte cuanto pudiésemos, para misionar a su tiempo a tantas tribus que, errantes aún por los bosques y lugares despoblados, yacen en las tinieblas de la idolatría y por tanto en el mayor grado de abyección, que es propia de los infieles”
Ir y venir del P. Vilaseca en sus primeros diez años de sacerdote.

- En la ciudad de México. Febrero a octubre de 1857.
- En la ciudad de Puebla. 13 de octubre de 1857 al 29 de noviembre de 1858.
- En la ciudad de México. 29 de noviembre de 1858 al 29 de septiembre de 1859.
- Misiónes: en san Juan del Río. 12 de enero al 12 de marzo de 1859. En Polotitlán. 13 de marzo al 24 de mayo de 1859. En Aculco. 24 de mayo al 29 de junio de 1859. En Huichapan. 30 de junio al 16 de agosto de 1859. En Tecozautla. 17 de agosto al 20 de septiembre de 1859.
- En la ciudad de Monterrey. 29 de septiembre de 1859 al 20 de octubre de 1860.

"Salimos de la ciudad de México el 29 de septiembre de 1859, a las diez de
la mañana y llegamos a Monterrey el día 27 de octubre a las seis de la tarde.
Fue un viaje lleno de dificultades y peligros, tanto por las inclemencias del
tiempo, como por los malos caminos y la deficiencia de los medios de
locomoción."

En noviembre de 1902 el p. Vilaseca hizo un viaje a Monterrey y desde allí escribió al p. José María Troncoso:

“A Dios gracias, llegamos con toda felicidad a las once y media de la noche, después de un viaje de cerca de treinta horas, notando que hace 43 años cuando por la vez primera llegué a Monterrey estuve entonces 30 días en el viaje”

- En la ciudad de Saltillo. Noviembre de 1860 a marzo de 1861.
- En la ciudad de México. Abril de 1861 a noviembre de 1866, donde es Capellán del hospital de san Juan de Dios y otros ministerios.
- En abril de 1862 el p. Vilaseca enfermó de gravedad y casi se muere. Cesárea Esparza dejó escrito (Nuestro tesoro, 14-16.)
“En una época que, por efecto de la revolución, dejadas las misiones, fue nombrado capellán del hospital de san Juan de Dios, se encontró con una desgraciada mujer que, según todas las señales estaba poseída por el demonio; y con muchos sufrimientos, exhortaciones y oraciones logró sacar aquella alma del poder de Satanás, y ministrarle los santos sacramentos. Tanto sufrió al ver a esta pobre alma que [...] le dio el tifus”

- En la ciudad de Saltillo por segunda vez. Noviembre de 1866 a marzo de 1869.

 

El diario sobre San José: 10 y 11 de junio

10 de junio:
La vida de san José, sembrada de dolores y gozos, no es otra cosa que la demostración de los frutos de la esperanza que tuvo en Dios, sin haber sido ni por un sólo momento confundido. Sé hombre de oración; pero ten por ociosa la oración que no anima la confianza en Dios.
11 de junio:
San José esperó en su vida y esperó en su muerte, contra toda esperanza, y por ella vio a su Hijo resucitado, que triunfante lo subió a los cielos en cuerpo y alma glorioso, allí reinará eternamente.

martes, junio 09, 2009

 

El diario sobre San José: 9 de junio



9 de junio:


Oh José, tú poseíste la esperanza en el mayor grado; y de esta virtud tendrán hijos de tus hijos grande espíritu y de corazón magnánimo, y de ella te servirás aún hoy día para consolar y derramar tus gracias a nuestro corazón, para que obremos lo bueno ante el Señor.

 

CONOZCAMOS AL P. VILASECA


JOSE MARIA VILASECA profesa como Paulino.

El joven Vilaseca había cumplido ya quince meses de novicio cuando los Paúles de la Casa central se trasladaron a ocupar el edificio contiguo al templo del Espíritu Santo, 5 de julio de 1854. También se trasladó el noviciado y ahí lo terminó Vilaseca.

Cumplidos los dos años de noviciado, como era costumbre en la Congregación de la Misión, fue admitido a la profesión, y la hizo el martes 3 de abril de 1855 en manos del Visitador, p. Ramón Sanz. Llama la atención que también murió un día 3 de abril. El propio neoprofeso Vilaseca escribió el acta de su puño:
"Yo, José Vilaseca, indigno clérigo de la Congregación de la Misión, con pleno conocimiento de los Breves de los Papas Alejandro VII y Clemente X, hice los votos de la misma Congregación en la capilla de la comunidad de nuestro noviciado mexicano ante el señor Ramón Sans, quien celebró la misa. En México, el día 3 de abril de 1855. "
Hecha la profesión en la Casa central del Espíritu Santo, allí mismo se quedó para hacer los estudios de teología, al menos hasta septiembre de ese año, 1855, porque del 14 de septiembre al 22 de noviembre lo encontramos registrado en el libro del personal de la casa de Puebla como estudiante.

Hacia el sacerdocio.

Después de una preparación teológica suficiente, José Vilaseca recibió la tonsura clerical y las cuatro órdenes menores la tarde del viernes de las témporas de invierno, 21 de diciembre de 1855, en la capilla del palacio arzobispal, de manos del Arzobispo de México, Lázaro de la Garza y Ballesteros. Al día siguiente, sábado por la mañana, 22 de diciembre, recibió el subdiaconado en la misma capilla y de manos del mismo Arzobispo.

Recibió el presbiterado, titulo ministerii, el sábado de las témporas de invierno, 20 de diciembre de 1856, de manos del arzobispo de México Lázaro de la Garza y Ballesteros.

La Madre Cesarita en 1882 escribió: “La Iglesia Mejicana es privilegiada. Nuestro muy respetable Padre, después de haber hecho sus estudios fue elevado al estado Sacerdotal en Diciembre de 1856. al día siguiente que recibió las sagradas ordenes rezo su primera misa en la Iglesia del Espiritu Santo.” Nuestro tesoro, 12s.

El p. Andrés Novales dice en sus Apuntes biográficos: “A los 25 años de edad, y tres años después de su llegada a México, recibió la unción sacerdotal de manos del Illmo. Señor Arzobispo D. Lázaro de la Garza y Ballesteros.” [3]

El p. Mónico Ruiz dejó asentado en la Biografía que escribió en 1931:

“Tomé como Padrino de mi Primera Misa a Señor San José, decía el mismo Padre Vilaseca, la cual celebré en la Noche de Navidad, el día 25 de diciembre de 1856; a los 25 años de edad, y tres años nueve meses de haber llegado a México, fecha memorable que tengo escrita en mi corazón!”

lunes, junio 08, 2009

 

El diario sobre San José: 4, 5,6,7 y 8 de Junio

4 de junio:
Pidámosle a san José, que por su misma esperanza tan cumplida, que resistamos a la lluvia de las tempestades que a cada paso nos amenazan, y veamos en la esperanza nuestro pan en tiempo de hambre donde acudamos como pobres y necesitados a pedir socorro. ¡señor san José, socórrenos, socórrenos en vida y en muerte!
5 de junio:
La esperanza de san José fue contra toda esperanza; pues esperó que sería esposo de la Madre de Dios; y por su esperanza no quedó confundido, y vio patentizados los grandes misterios de la Encarnación del Hijo de Dios en las purísimas entrañas de María. Cuando tu alma más seca e inconsolable esté, ora, humíllate y espera como el santo, aún rodeado de desconsuelos y grandísimos trabajos.
6 de junio:
José abandonado de todos en Belén espera en el Señor, y éste le depara el único lugar donde debía nacer el Mesías prometido y allí había de verlo adorado de los ángeles, de los pastores y de los reyes, pues guiados por la estrella le ofrecieron sus dones. Sigue tú también el camino de la oración y de la humildad, y harás la oración dispuesta por la Constitución que te la manda.
7 de junio:
José a la voz del ángel siendo de noche se levanta, y confiando en el Señor huye fugitivo a Egipto en un viaje de más de setenta lenguas por desiertos y sin provisión; por su esperanza en el Señor no fue confundido. Así tampoco serás tú confundido, amando la oración vocal y las oraciones de la Comunidad, porque jamás ha confundido Dios al que humilde le pide mercedes.
8 de Junio:
José esperaba lo mismo que creía, esto es, que Cristo reinaría en el mundo, que sería adorado por pueblos y Reyes de uno a otro polo; que millones de mártires sellarían su fe con su sangre; y que por fin, Rey inmortal y de todos los siglos, recibiría los homenajes de todos los cielos, de la tierra y de todo lugar con todas sus criaturas. Jamás te olvides del respeto y reverencia que has de tener de tan alta Majestad.

miércoles, junio 03, 2009

 

El diario sobre San José: 31 de mayo; 1,2, y 3 de Junio


31 de mayo.
José con la esperanza, siempre era paciente en sus trabajos; y poseyó de la manera más completa esa divina esperanza, que es uno de los grandes tesoros de la vida y su principal patrimonio; por esto siempre los verdaderos josefinos llegarán con su esperanza al puerto seguro de la salvación, porque por sus valores cristianos y humanos vivirán con la debida pureza de corazón y de alma.

1 de Junio
Entre todos los santos nadie como san José
fue socorrido en sus tribulaciones,
defendiendo en sus peligros,
consolado en sus dolores,
ayudado en sus enfermedades,
protegido en sus necesidades;
y por esto cuando esperaba otro tanto alcanzaba; por haber estado siempre fijo en el cumplimiento de la santísima voluntad de Dios: hagámoslo también nosotros y seremos consolados.

2 de Junio
José oraba siempre como digno esposo de María y padre virginal de Jesús; y su esperanza era tanto más subida, cuanto tenía por objeto dar a la Sagrada Familia cuanto necesitaba, y como las ondas del mar no desmayan a los marineros, así José resistía valeroso las tempestades del mundo, demonio y carne: ama, teme, humíllate, resígnate, y serás poderoso como señor san José.

3 de Junio
La esperanza que residía en san José, en medio de tantas tribulaciones, angustias y dolores le servían de escudo en la mar de la tribulación, a la que le sumergía la Providencia Divina: preséntate a Dios con fe viva, y pídele con toda confianza la conformidad con la voluntad divina.

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